martes, 9 de abril de 2019

Partir de cero



09 abril 2019

Encontrar alguna razón para que la vida fuera fácil no debiera ser muy difícil, bastaría, simplemente,  con querer que eso fuera así.

Ver llorar a Petra porque su exmarido y padre de su hija, le acaba de contar, cruelmente a la niña, que no le hace regalos porque él no tiene un euro para malgastar en tonterías, es algo que aún me impresiona.

Ver a José Luis debatir sobre la bondad de un buen Yecla frente a la calidad de un CVNE, ambos del 2003, no me impresiona tanto, pero me hace creer que hay cosas que me gusta saber, es decir, me gusta saber que hay buena gente que a esas cosas, de las que habitualmente no tenemos NPI, gusta de decir que sabe, siendo yo el primero que lo hace, si me dejan y que eso, además, produce en el personal un placer exotérico alarmante y sin freno alguno.

Ver a uno de mis numerosos nietos “siestear” sobre la barriga de su madre, me produce una ternura inenarrable y, sin saber muy bien por qué, me hace llorar en silencio tras una rápida carrera con la excusa de mi mal prostático de siempre.

Leer con que sencillez, sinceridad y ternura es capaz de escribirse una despedida como la que David dedicó a su abuelo al morir, es, también, algo que no se por qué acaba perturbando la acuosidad de mis fosas nasales y mis lagrimales, sin poder evitarlo.

Ver a toda la familia pulular a mi alrededor mientras los miro en silencio y recordando, con ello, antiguos y viejos escenarios de mi imaginación, no puedo dejar de pensar en como se puede aburrir la gente tanto y como pueden contar que la vida es un detrito o que no es para vivirla, sino para sufrirla. No, no lo puedo entender.

Quizás lo mejor que hicieron mis padres conmigo, para que yo pueda seguir apreciando, aún, esas cosas sencillas que tanto me aturden, fue solo darme lo que ellos tenían en su feliz inmaterialidad y una buena educación, pero nunca pretendieron darme lo que yo debiera ganarme con mi esfuerzo y eso fue lo que hice y he hecho siempre: Partir de cero, pruébalo, si lo haces, tengas la edad que quieras tener,  te darás cuenta que las cosas se aprecian más, mucho más.

 

 EnriqueTarragóFreixes

2 comentarios:

  1. Es evidente que yo no sé lo que tu familia te dio para apreciar la sencillez de la vida pero me da que lo que te dieron fue cariño, porque cuando en una familia se recibe cariño creces con una sensibilidad especial que jamás se olvida y hace que nuestros parámetros sean la empatía, la humildad, la nobleza... digo yo.
    SAludos.

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    1. Eso creo yo también, Manuela, por eso dufo sobre mi verdad y si sabré transmitirla.
      Feliz noche

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